martes, 13 de enero de 2015

La pregunta del millón

Ayer me hicieron una de esas preguntas que son muy complicadas de responder...¿ qué te ha costado más, adelgazar 60 kilos o dejar de fumar? Ufff...¿a quién quieres más, a mamá o a papá? Resulta curioso que sea algo que ni me había planteado hasta este momento, y mi respuesta fue de lo más...de lo más....casi mejor que cada uno elija el calificativo que le apetezca, porque mi respuesta fue: "las dos cosas me han resultado igual de sencillas".

-Os dejo un par de minutos para que me pongáis a parir, para que vuestros vecinos os oigan decir aquello de "no se lo cree ni él!!" y ese tipo de cosas que se suelen decir al leer sentencias como ésta...ya?, vale, pues sigo-

Bien, como iba diciendo, ambas cosas me han resultado igual de fáciles, y digo esto porque en ambas ocasiones, la opción de abandonar no se ha producido, en ningún momento se me ha pasado por la cabeza el "voy a dejar de adelgazar", que sí, que era el primer objetivo primordial y básico, yo no podía seguir con 180 kilotones de peso. Así que, un buen día dije...hasta aquí!. Y, por primera vez en 47 años, me propuse adelgazar. Y vaya que si adelgacé. O, mejor dicho.... vaya cómo estoy adelgazando, porque esto no ha terminado ni mucho menos. Al final si le ves las orejas al lobo, todo es más sencillo. Los que me seguís desde los inicios de este blog sabéis que tuve señales inequívocas de que, o bien daba un giro a mi vida, o de lo contrario mis amigos tendrían un funeral inesperado. Y eso sería una gran putada para los amigos. Así que, un poquito de fuerza de voluntad, unido a amigas estupendas que se ofreden a echarte una mano desinteresadamente, en un añito, la tercera parte de mi peso de entonces ya es historia.

Y estaba lo del tabaco...empecé a fumar con 14 añitos, incrementando mi dosis de nicotina hasta los más de dos paquetes diarios que me fumaba hace unos meses. Mucha gente, amigos míos, me habían propuesto, insinuado, acojonado, intimidado...para que dejara de fumar. Todo con mucho cariño, pero, al final, para dejar de fumar, tienes que ser el que estés convencido de querer dejarlo. De otra forma es totalmente imposible, por mucho que te pongan los medios a tu alcance, por mucho que te busquen sustitutivos, por mucho que tus amigos te insistan...TIENES QUE QUERER DEJAR DE FUMAR. De otra forma, ni la imagen más absurda en una cajetilla alertándote de sus peligros podrá hacer que cambies de opinión. Ni siquiera un cigarrillo electrónico...

Ahora me encuentro muy bien físicamente. He empezado a correr sin notar cansancio, algo que la última vez que me ocurrió fue en blanco y negro, he ganado algo de peso al dejar el cigarrillo, pero no hay problema, se cómo volver a perderlo. Al fin y al cabo, lo importante es sentirte a gusto contigo mismo. Y yo, después de más de 30 años, lo he conseguido. Gracias Rita, gracias Rocío. Gracias a todos mis amigos de verdad que están ahí, por si recaigo para recogerme y volverme a poner en el buen camino. Gracias a todos.




lunes, 5 de enero de 2015

Navidad, Ansiedad, Dulce Navidad...

Semana 66
Peso: 123,1 kg.

Llevaba tiempo sin escribir, y lo cierto es que lo echaba en falta. Desde que tomé la decisión de dejar de fumar, mi médico, mi enfermera y yo decidimos dejar aparcada un tanto la dieta, para centrarnos en lo que en este momento es realmente importante para mi salud.

Sabía positivamente que este proceso iba a repercutir en mi tempo de adelgazamiento. Todo el mundo coincidía en que ganaría peso. Entre 7 y 15 kg. estaban las apuestas...pues bien, tras casi 3 meses sin fumar, he recuperado unos 9 kilos, lo cual no es en absoluto preocupante, y menos al ver que, en el peor periodo del año para estas cosas, la Navidad, apenas he ganado un kilillo.

Y es que son fechas muy duras para dejar de fumar, sobre todo si no te gustan estas fiestas. La melancolía, la tristeza, las decepciones de la gente que menos te esperas, las estresantes reuniones familiares...todo produce ansiedad. Y esa ansiedad antes la paliaba con unas cuantas caladas a un cigarrillo, pero ahora todo eso cambió. ¿Y qué te queda? Pues efectivamente, la comida y/o la bebida. Por vez primera en años me he comprado para casa un paquete de patatas fritas, o uno de cacahuetes. Y todo ello para no tener que recurrir a la cerveza, el otro ansiolítico sin receta que me queda. Y aún así alguna que otra ha caído también.

Todo ello unido a las mencionadas reuniones familiares, casi siempre pantagruélicas, las cañitas con amigos, más cañitas con amigos, los vermuts improvisados, las reuniones con gente que no ves nada más que en estas fechas...todo junto hace que hasta el más pintado se vaya con unos cuantos kilos de más estos días. Por eso me doy con un cantito en los dientes al haber sido capaz de mantener mi peso en esos 123 kg. que marcaba mi báscula esta mañana. O lo que es lo mismo, sólo tres más de los que tenía en mi última entrada del blog, a finales de noviembre.

Ya se acaban las navidades, ya volvemos a la rutina, y ya es hora de retomar una dieta moderada que me ayude a perder lo ganado estos meses. Seguro que lo conseguimos.